La clave para lograr relaciones exitosas se
reduce concretamente al factor responsabilidad. Yo soy responsable de la manera que trato a los demás. No puedo
responsabilizarme por la forma en que me tratan; pero si soy responsable de mis
reacciones hacia las personas de carácter difícil. No puedo escoger la
forma en que usted me va a tratar, pero sí puedo elegir como reaccionaré.
¿Cómo?
Tratando de
entender sus problemas, y el por qué de su comportamiento. El efecto de las
relaciones difíciles, ya sea para unirnos o para separarnos, está determinado
no por el tratamiento que recibimos, sino por la forma en que respondemos a tal
efecto.
Cierta persona
dijo al tratar una persona de carácter difícil: es que Jesús también se
enojaba, volteaba mesas y expulsaba personas del templo. Hasta cierto punto, es
correcta la afirmación, pero la única diferencia es que no somos Jesús, no
tenemos el mismo criterio ni el mismo nivel de espiritualidad que él, cuantas
veces nos equivocamos al tratar de ser agresivos, cuantas personas perdemos
porque no tuvimos la sensibilidad ´para tratarlas como deberíamos hacerlo. Nos
olvidamos muy pronto del consejo de Jesucristo de amad los unos a los
otros.
Lo peor es que
aún descansamos en la excusa yo soy así, nací así, no puedo cambiar. Lo único
que estamos haciendo es poniendo la culpa a Dios de nuestras acciones, de un
carácter que puede ser trabajado y mejorado.
Todos podemos
mejorar en cualquier aspecto de nuestras vidas, podemos aprender a comportarnos
de forma diferente, ser más agradables, menos enojones, podemos amar más a las
personas, perdonar más, sonreír más, etc. El secreto está en empezar un cambio.
Lo mismo pasa
con las demás personas, debemos dar a ellas oportunidades para que cambien,
pero no solamente eso, sino demostrar a ellas que su comportamiento afecta sus
relaciones, y que necesitan nuevas actitudes para poder mantener una buena
relación con el medio social en que viven. Siempre hay que mostrarles que sus
malas acciones siempre afectarán primero a ellas antes que a los demás.
Cierta persona
quiso vengarse de un compañero de la escuela, que siempre que pasaba por él, le
daba un golpe en el pecho, enojado de la situación, comentó con otro compañero,
tengo la solución para este problema, voy a poner una bomba en el pecho, para
que cuando me golpee le explote la mano. Es obvio que no estaba midiendo las
consecuencias de sus actos, al pensar en hacer daño a otra persona que le
molestada, las consecuencias serian aún peor para el mismo.
Cuantas veces
queremos arreglar una mala actitud hacia nosotros, respondiendo a la altura de
la ofensa o del enojo, y lo único que acabamos haciendo es complicando más la
situación. Recuerde:
Yo
soy responsable de la manera que trato a los demás. No puedo responsabilizarme
por la forma en que me tratan; pero si soy responsable de mis reacciones hacia
las personas de carácter difícil.
Durante la vida
encontramos con varios tipos de personas, debemos tratar de entender las
personalidades de cada una, para poder ofrecer una respuesta o solución a las
situaciones que se presenten con cada una. Veamos algunos ejemplos, sacados del
libro Liderazgo Eficiente de John C Maxwell.
1 – Tanque
Sherman
Siempre piensan tener la razón. (Piensan).
Quieren intimidar por la fuerza de sus convicciones y métodos. Atropellas a
todos que interponen en su camino.
Estrategia para tratar con ellos: no hay
manera fácil, tendrás que mirarlas a los ojos y ser directos. No espere que demuestre
debilidad, porque si sienten tan fuertes que piensan no sentir dolor.
2 – Cadetes
espaciales
Viven en su proprio mundo. No reaccionan a
las técnicas normales de motivación. Parecen pertenecer a otro planeta.
Personas de esta categoría usted las consideran como raras.
Estrategia: no pregunte su opinión sobre el
tema en cuestión, porque siempre tendrán una respuesta inusual.
No es muy bueno para trabajar en equipo,
porque casi siempre el tiene dificultad para ir a una misma dirección que los
demás.
Busque su exclusividad y trate de ponerlos
en un cargo apropiado.
3 – Volcán.
Explosiva e impredecible. Son muy difíciles
de acercarse. Hemos de caminar con pies de plomo en su presencia, tenemos que
probar las aguas para ver qué clase de día esté pasando.
Es difícil relajarse en su compañía porque
nunca sabemos cuándo va explotar.
Para tratar con ellos, debemos mantener la
calma. No reaccionar a la misma intensidad. Para tratar una cuestión difícil con este tipo de
persona, deberás alejarlos del grupo por un instante y mantener la calma.
Aun que estalle, deje que se desahogue,
permítalos hablar sin interrupciones.
Pídales que detallen la situación. Deles una respuesta clara y suave de
la situación, y hazlos ver los daños que hacen a los demás por su actitud.
4 – Personas que
hacen pucheros.
Estas personas sientes mucha lástima de sí
mismas, y trata que los demás le hagan siempre el gusto. Su actitud es una
forma de manipular, si las cosas no se hacen como quieren, son capaces de crear
un ambiente denso, tan opresivo como una nube de lluvia. A veces usan el truco
del silencio para conseguir lo que quieren. Caprichosos.
Para tratar con ellos, usted debe decirles
que la melancolía es una opción. Las personas se ponen melancólicas para poder
manipular a los demás y retomar el control.
Como líderes
tenemos la responsabilidad de crear un ambiente de optimismo entre los muchos
voluntarios que trabajan con nosotros, alentándolos, motivándolos y manteniendo
una actitud positiva. Si nuestra elección es dirigir a los demás, entonces
también debe optar por tener un
temperamento equilibrado.
Hasta la
próxima,
Liderazgo
Eficiente.
Fuentes:
Liderazgo Eficaz. John C. Maxwell.
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