Influencie el mundo con su liderazgo y agregue valor a las personas

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domingo, 27 de janeiro de 2013

Pequeños cambios producen enormes resultados



Todos los días encontramos varios tipos de personas de las cuales tenemos que convivir, platicar, trabajar, ayudar, enseñar, aprender de ellos, etc.
Si hay algo que realmente me deja sorprendido es ver que cada persona creada por Dios tiene una forma de ser y de reaccionar ante los problemas de la vida. Algunas, tienen una capacidad intelectual y conocimientos increíbles, pero fallan en la hora de aplicar conceptos básicos de liderazgo y principios de buen relacionamiento ante los problemas comunes que surgen día a día, y porque no decir, que hasta nosotros mismos, en algún momento de nuestras vidas, hemos sido sorprendidos actuando de una forma equivocada para con las personas, y lo único que heredamos con tales actitudes son enemistades, rencores y problemas.

Nunca es tarde para empezar a cambiar nuestras actitudes, recordemos una frase de John C. Maxwell, “No tengas miedo de avanzar lentamente en su capacidad de liderar, pero si tengas miedo de no avanzar” (El líder de 360°).

Cuando no hacemos ningún esfuerzo para mejorar y cambiar nuestras actitudes, estamos demostrando que poco nos interesa las personas que nos siguen, que dependen de nuestro liderazgo, pues ellos son los que más sufren cuando no somos buenos lideres, estoy hablando de las personas de nuestra familia, trabajo, iglesia y amistades, cuando no estamos ejerciendo un liderazgo con las actitudes correctas, acabamos por crear un ambiente dónde nuestro poder de influencia se vuelve cada vez menor en las personas, resultando un liderazgo débil y deficiente.

No espere ni un segundo más, lo que usted e yo sabemos que debemos mejorar, cambiar o aplicar en nuestras vidas, empecemos ya.  Cuando nos escudamos en nuestras debilidades somos menos eficientes y obtenemos pocos resultados como líderes. Las personas casi todas las veces conocen las deficiencias de su líder, que no las diga es otro punto, pero de una cosa estén seguros, conocen donde tenemos que mejorar, entonces surge la pregunta, ¿por qué no ser un mejor líder?
Muchas veces lo que nos falta es bien menos de lo que imaginamos, se requiere menos dinero de lo que pensamos, y es más fácil de ponerlo en práctica de lo que hacemos.

A veces para poner en marcha los cambios que cambiarán el poder de nuestro liderazgo, podemos empezar por pequeñas acciones que hasta un niño lo lograría hacer, la cosa es, que muchas veces es más fácil crear excusas en vez de luchar por ser una mejor persona. Veamos pequeños gestos y actitudes que pueden hacer que la convivencia con las demás personas, sean ellas de carácter difícil o no, sin duda nos ayudarán a ejercer un liderazgo eficaz;

1 – Quizás empezaremos con la parte que menos nos gusta, pidiendo perdón a quien hemos ofendido. Casi todos nosotros, y no conozco a un ser humano que pude vivir sin hacerlo, ofendemos a alguien, de alguna manera sean con palabras o actitudes acabamos por adoptar una actitud negativa que produce sentimientos contrarios en las personas que nos siguen o dependen de alguna forma de nuestro liderazgo. Cuando eso ocurre lo mejor es pedir perdón, ofrecer disculpas. Aún que no sea fácil, este pequeño paso ayudará a derrumbar muchas murallas que pueden estorbar su influencia en los demás.

2 – La segunda actitud que un líder debe poner en práctica es perdonar.
Casi todos nosotros en general sentimos que la ofensa que recibimos es siempre más grave de las que causamos en los demás, cuando ofendemos queremos ser perdonados fácilmente, sentimos que ni era tan grave lo que hicimos, lo que decimos, pero la historia cambia, cuando somos nosotros los que recibimos la ofensa, exageramos en el tamaño de la ofensa de la otra persona. En un lindo sermón Jesús enseño sus discípulos el valor del perdón, y el peligro de no perdonar, porque cuando leemos la oración modelo del Padre Nuestro, le decimos a Dios, Mateo 6:12 Y perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a nuestros ofensores.
Estamos pidiendo a Dios que así como perdonamos seamos perdonados, ahora piense si no perdonamos ¿cómo nos perdonará Dios?

3 -  Agradeciendo a quienes de alguna forma nos ayudan.
La ingratitud puede ser un obstáculo en la vida de aquellos que se postulan como líderes, pues no hay nada más terrible que convivir con una persona ingrata, que no sabe decir gracias, por las cosas que se le ayudan, este pequeño gesto puede servir de ungüento para los corazones de quienes siguen nuestro liderazgo. Agradezca, sea grato por todo los favores que las personas hagan por usted, no ahorre gratitud, cuando posible, recompense, demuestre con acciones que realmente estima la forma en que ayudan, no quede solo en palabras.

4 - Otra forma de mejorarnos como líderes, es aprendiendo con los demás, aceptando sus ideas cuando sean mejores que las de nosotros, y aceptando sus críticas constructivas. Ser líder, no significa ser dueño de la verdad, señor de la perfección ni mucho menos ser capaz de obtener las mejores ideas siempre, estamos rodeados de personas capaces y tan inteligentes como nos sentimos, personas que nos pueden ayudar a llegar más lejos en nuestro liderazgo y hasta mismo enseñarnos cosas que no sepamos. Para eso se requiere tener humildad, sin ella el líder no será capaz de aceptar ningún consejo, mucho menos críticas.

5 – Mantener una actitud positiva.  Debemos sonreír para algunas situaciones de la vida, ni siempre se puede hacer uso del liderazgo sin cometer errores, o porque no decir algunas estupideces, lo que no significa que no podemos evitarlas, pero la mejor actitud cuando algo sale mal o de otra forma que nos esperábamos, es aceptar nuestra falla y trabajar de forma continua en el desarrollo de nuestras habilidades.
Poner la culpa en los demás, o vivir de forma amargada, solo empeorarán las cosas, las personas no soportan líderes negativos y arrogantes, peor cuando saben que no tienen la razón.
Mantenga una actitud positiva, no confíe en sus sentimientos, abra mano de algunas posturas que puedan bloquear su desarrollo con las personas que usted lidera. Reciba las críticas de forma positiva, vea quien es la persona que lanza la crítica, si es una persona que merece su respeto, trabaje en el área que fue criticada, si la crítica salió de la boca de una o más personas que usted sabe que no merezca ser escuchada, ignore y siga en frente.

Hasta la próxima,

Liderazgo Eficiente. 

quarta-feira, 9 de janeiro de 2013

Como tratar con personas dificiles.




La clave para lograr relaciones exitosas se reduce concretamente al factor responsabilidad. Yo soy responsable de la manera que trato a los demás. No puedo responsabilizarme por la forma en que me tratan; pero si soy responsable de mis reacciones hacia las personas de carácter difícil. No puedo escoger la forma en que usted me va a tratar, pero sí puedo elegir como reaccionaré.

¿Cómo?

Tratando de entender sus problemas, y el por qué de su comportamiento. El efecto de las relaciones difíciles, ya sea para unirnos o para separarnos, está determinado no por el tratamiento que recibimos, sino por la forma en que respondemos a tal efecto.

Cierta persona dijo al tratar una persona de carácter difícil: es que Jesús también se enojaba, volteaba mesas y expulsaba personas del templo. Hasta cierto punto, es correcta la afirmación, pero la única diferencia es que no somos Jesús, no tenemos el mismo criterio ni el mismo nivel de espiritualidad que él, cuantas veces nos equivocamos al tratar de ser agresivos, cuantas personas perdemos porque no tuvimos la sensibilidad ´para tratarlas como deberíamos hacerlo. Nos olvidamos muy pronto del consejo de Jesucristo de amad los unos a los otros. 

Lo peor es que aún descansamos en la excusa yo soy así, nací así, no puedo cambiar. Lo único que estamos haciendo es poniendo la culpa a Dios de nuestras acciones, de un carácter que puede ser trabajado y mejorado.
Todos podemos mejorar en cualquier aspecto de nuestras vidas, podemos aprender a comportarnos de forma diferente, ser más agradables, menos enojones, podemos amar más a las personas, perdonar más, sonreír más, etc. El secreto está en empezar un cambio.
Lo mismo pasa con las demás personas, debemos dar a ellas oportunidades para que cambien, pero no solamente eso, sino demostrar a ellas que su comportamiento afecta sus relaciones, y que necesitan nuevas actitudes para poder mantener una buena relación con el medio social en que viven. Siempre hay que mostrarles que sus malas acciones siempre afectarán primero a ellas antes que a los demás.
Cierta persona quiso vengarse de un compañero de la escuela, que siempre que pasaba por él, le daba un golpe en el pecho, enojado de la situación, comentó con otro compañero, tengo la solución para este problema, voy a poner una bomba en el pecho, para que cuando me golpee le explote la mano. Es obvio que no estaba midiendo las consecuencias de sus actos, al pensar en hacer daño a otra persona que le molestada, las consecuencias serian aún peor para el mismo.

Cuantas veces queremos arreglar una mala actitud hacia nosotros, respondiendo a la altura de la ofensa o del enojo, y lo único que acabamos haciendo es complicando más la situación. Recuerde:
Yo soy responsable de la manera que trato a los demás. No puedo responsabilizarme por la forma en que me tratan; pero si soy responsable de mis reacciones hacia las personas de carácter difícil.

Durante la vida encontramos con varios tipos de personas, debemos tratar de entender las personalidades de cada una, para poder ofrecer una respuesta o solución a las situaciones que se presenten con cada una. Veamos algunos ejemplos, sacados del libro Liderazgo Eficiente de John C Maxwell. 

1 – Tanque Sherman
Siempre piensan tener la razón. (Piensan). Quieren intimidar por la fuerza de sus convicciones y métodos. Atropellas a todos que interponen en su camino.
Estrategia para tratar con ellos: no hay manera fácil, tendrás que mirarlas a los ojos y ser directos. No espere que demuestre debilidad, porque si sienten tan fuertes que piensan no sentir dolor.

2 – Cadetes espaciales
Viven en su proprio mundo. No reaccionan a las técnicas normales de motivación. Parecen pertenecer a otro planeta. Personas de esta categoría usted las consideran como raras.
Estrategia: no pregunte su opinión sobre el tema en cuestión, porque siempre tendrán una respuesta inusual.
No es muy bueno para trabajar en equipo, porque casi siempre el tiene dificultad para ir a una misma dirección que los demás.
Busque su exclusividad y trate de ponerlos en un cargo apropiado.

3 – Volcán.
Explosiva e impredecible. Son muy difíciles de acercarse. Hemos de caminar con pies de plomo en su presencia, tenemos que probar las aguas para ver qué clase de día esté pasando.
Es difícil relajarse en su compañía porque nunca sabemos cuándo va explotar.
Para tratar con ellos, debemos mantener la calma. No reaccionar a la misma intensidad. Para tratar  una cuestión difícil con este tipo de persona, deberás alejarlos del grupo por un instante y mantener la calma. Aun  que estalle, deje que se desahogue, permítalos hablar sin interrupciones.  Pídales que detallen la situación. Deles una respuesta clara y suave de la situación, y hazlos ver los daños que hacen a los demás por su actitud.

4 – Personas que hacen pucheros.
Estas personas sientes mucha lástima de sí mismas, y trata que los demás le hagan siempre el gusto. Su actitud es una forma de manipular, si las cosas no se hacen como quieren, son capaces de crear un ambiente denso, tan opresivo como una nube de lluvia. A veces usan el truco del silencio para conseguir lo que quieren. Caprichosos.
Para tratar con ellos, usted debe decirles que la melancolía es una opción. Las personas se ponen melancólicas para poder manipular a los demás y retomar el control.

Como líderes tenemos la responsabilidad de crear un ambiente de optimismo entre los muchos voluntarios que trabajan con nosotros, alentándolos, motivándolos y manteniendo una actitud positiva. Si nuestra elección es dirigir a los demás, entonces también debe optar por tener un temperamento equilibrado.

Hasta la próxima,
Liderazgo Eficiente.
Fuentes: Liderazgo Eficaz. John C. Maxwell.