La familia es el patrimonio de un líder.
Muchos líderes han logrado grandes conquistas, que les
permitieron llegar a la cima. Cuando
lograron llegar a lo más alto, si dieron cuenta que habían dejado atrás uno de
los bienes de mayor valor que un hombre puede tener, la familia.
Cuando dejamos de lado los deberes para con la familia, los
resultados son trágicos. Se intentamos llegar solos a objetivos egoístas,
podemos estar caminando rumbo a una de las decepciones que mas poden afectar a
un líder, el acto de perder su familia.
Muchos ministros, lideres, y profesionales de todos los
sectores, han olvidado que no ha logro mayor que el de poder desfrutar de una
familia unida, es de conocimiento en el campo social, que las relaciones
familiares mantiene un papel fundamental en el desarrollo del ser humano, y que
es en el seno familiar que aprendemos los principios básicos y duraderos que
moldan nuestro carácter y nos prepara para vivir una vida guiada por principios
éticos y espirituales, tan olvidados en los días hodiernos.
Cuando nos lanzamos a la búsqueda desenfrenada del éxito sin
tomar las precauciones para con nuestra familia, entramos en terrenos de
incertidumbre y soledad, aunque que al principio no nos damos cuenta.
Cuantas veces equivocadamente dejamos la familia en último
lugar, con la excusa de que es necesario seguir adelante, que no hay tiempo
para diversión, para vacaciones, que todo lo que hacemos es por ellos, por los hijos
etc.
Ni siempre lo que hacemos con la intención correcta puede
estar correcto, o sea, podemos estar bien intencionados, con el propósito de
conseguir lo mejor para los nuestros, y aun así estarnos tomando las actitudes
equivocadas. La familia muchas veces no es consultada, cuantos por pensar estar
haciendo un bien, están descuidando la atención hacia los hijos, esposo (a), que
debería ser la prioridad dentro de nuestros hogares.
Nos equivocamos pensando que las cifras pueden sustituir el
afecto, que los grandes regalos pueden compensar nuestra ausencia, que una mansión
puede ofrecer la tranquilidad, o que autos lujosos sustituirán el calor de un
abrazo, la ternura de un aliento cuando las cosas no salen bien, ¡NO! No lo
pueden hacer, no hay nada que pueda completar lo que Dios estableció que fuera
hecho por nosotros, la convivencia familiar. La familia es una bendición de
Dios para los hombres, es la institución más antigua y segura.
Ah se todos amaramos nuestras familias, cuántos hijos podrían
estar libres de los caminos de las drogas, cuantos divorcios podrían ser evitados,
cuántos niños podrían estar desfrutando de un pasatiempo con su padre, madre,
sin tener que buscar opciones por la ausencia constante de los padres, cuantos
hogares independiente de su tamaño, color y forma, podrían recibir el calor de
una familia unida, cuantas personas ancianas viviendo en soledad podrían recibir
la llamada de los hijos, nietos, rompiendo el silencio de vidas vacías y sin
sentido, cuantas enfermedades podrían ser evitadas, cuántas vidas que hoy
sufren por un desequilibrio emocional, podrían ser alentadas por palabras de
cariño.
Perdemos más, cuando perdemos la familia. Ganamos más cuando
estamos con ellos.
Dentro de los objetivos de nuestros días, prioricemos la
familia, Dios es el único que puede ganarles el lugar, pero no el trabajo,
ministerio, planes, ambiciones, nada debe de ocupar un lugar que está reservado
desde la eternidad a ellos.
No dejemos para cuando sea tarde demás, hoy es el día para
que desfrutes de los suyos, no es necesario grandes sumas de dinero, planes
vacacionales extraordinarios, solamente el hecho de estar juntos, pasando
momentos de comunión, platicas agradables en el desayuno, jugando al fútbol viendo
una película, orando a Dios, escuchando una agradable canción que promueva la unión
familiar, entre tantas otras opciones.
Dios cuenta contigo,
¡Cuide su familia ¡
Dios les bendiga
Equipo Liderazgo Eficaz.