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sábado, 27 de junho de 2015

¿Dónde está Dios?



La mayoría de las personas (incluyendo los cristianos), pasan parte de sus vidas luchando con sus propios conceptos sobre la fe. Muchos, desde su infancia fueron enseñados a que Dios está muy lejos – en un lugar difícil de ser hallado, e imposible de ser tocado.


Otros creen que Dios está en todas partes, que todo es Dios y que no hay necesidad de preocuparse por saber donde Él se encuentra, ya que Él mismo se encargará de encontrarnos algún día (siendo que Dios ya hizo su parte, envió a Jesucristo – el Verbo encarnado – para morir por nosotros). De cierta forma, Dios nunca ha dejado el hombre solo, siempre estuvo presente, mismo cuándo los hombres despreciaron su favor, su amor y su plan perfecto para ellos.


Si tienes duda de cuánto es cierto esa afirmación, tome en cuenta lo que dice las Escrituras; “…El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Isaías 7:14 Alrededor de 700 años más tarde: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. Mateo 1:23 Tristemente, centenas de personas desisten de la búsqueda de Dios antes mismo de empezarla.


Quizás a causa de los malos ejemplos entre los propios cristianos, o confundidos por la violencia o por los residuos del caos social en que vivimos, se ven motivados (no hay necesidad de hacerlo) a se encerraren en una capsula de incredulidad, que les ahogan día y noche, en sus pensamientos y sospechas de que no hay un Dios. “Muchas veces la incredulidad es el grito de desespero de aquellos que buscaron en lugares equivocados a Dios, y por tal razón nunca lo encontraron.”


Podríamos hablar de otro grupo, los que aseguran conocer a Dios – pero siempre cuando las cosas marchen bien, los podemos ver en las iglesias, algunas veces nos damos cuenta por las frases postadas en sus páginas de redes sociales, o por alguna “señal” de su fe en las paredes de sus casas. Pero cuando vienen los tiempos difíciles, de los cuales no quisiéramos que existieran, pero allí están, para poner en prueba nuestra fe – ellos abandonan a Dios y empiezan a crear desiertos de soledad en un vasto océano de amargura, pues lejos de Dios nada podemos hacer.


Una cosa es cierta, el hombre tiene y siente la necesidad de conocer más allá de su razón, la curiosidad por el místico, espiritual, sobrenatural, ha llevado los seres humanos a formaren diversas creencias (algunas de ellas muy sinceras, sin embargo extremadamente equivocadas) sobre donde está Dios. ¿Y cómo saber el verdadero camino? ¿Realmente todos los caminos conducen o ser humano a Dios? Si así fuera, ¿por que vemos cada vez menos personas con el carácter de Dios en nuestra sociedad? Si hiciéramos un estudio meticuloso de las Escrituras, descubriríamos que no hay otra forma de descubrir donde Dios se encuentra sino descubriendo donde ÉL mismo dice que está. ¿Cómo es eso? Veamos: 1° – Para saber donde está Dios, es necesario descubrirnos de acuerdo a los registros de sus Palabras – en este caso; la Biblia – que nos muestra la dirección de su morada. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14.6 Jesús es el Camino, el único camino que nos lleva a Dios, de nada sirve buscar atajos, caminos alternos, lo mucho que podrán hacer es ponernos en problemas y generar más confusión en nuestros pensamientos. 2° – Una vez sabiendo donde se encuentra “el mapa” de su localización – debemos creer que sus Palabras son verdaderas, y que el camino hacia Él debe ser guiado bajo la Luz de Su Palabra. “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” Salmos 119.105


Si ya intentasteis caminar por un lugar obscuro, sin tener una linterna en las manos, debió haber sentido pánico, ya que el desconocido trae miedo, y no saber en dónde estamos pisando nos genera inseguridad y temor. Así es intentar buscar a Dios sin usar su Palabra – es como buscar en la obscuridad sin tener una Luz que nos guie a través de las tinieblas. Caminar así nos lleva a tropezarnos fácilmente con lo que encontremos al frente.


En la vida espiritual ocurre algo semejante; sin la Biblia estamos sin Luz, sin dirección, y por ello podemos llegar a un lugar diferente al propuesto, pues sin la guianza de la Palabra todo es una mera especulación. No podemos confundir emociones con lo que realmente signifique conocer a Dios o encontrarlo. Podemos sentirnos cómodos y hasta felices en muchos lugares donde pensemos estar Dios, más, si eso no resulta en cambios verdaderos en nuestras vidas, de seguro ese lugar no tiene nada que ver con Dios.


El lugar donde Dios se encuentra, es un lugar de cambios, más que eso, un lugar de transformación, de gozo y de Paz. No acepte nada menos que eso, todo lugar que se nombre a sí mismo como Casa de Dios, debe producir cuando menos una mudanza en su interior. 3° – De



spués de aceptar sus Palabras es hora de entrarnos en el trayecto que nos llevará hacia su presencia, sabiendo que nos es un camino fácil, como muchos lo imaginamos. “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. “Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y HALLARAN DESCANSO PARA SUS ALMAS. “Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera.” Mateo 11.28-30 Siendo así, ¿por qué nos parece tan difícil encontrarlo, aun creyendo en su Palabra? Porque no estamos dispuestos a renunciar a nosotros mismos para poder vivir de acuerdo a Su perfecta voluntad.


Estamos arraigados en una fe simple e inocente, creemos que no hay nada que podemos hacer para conocerlo más, aún creemos que apenas un grupo selecto de personas (como si Dios hiciera acepción de algunos de ellos) están aptos o elegidos para participar de los secretos de una relación con Dios. Hay que recordar que Jesús es nuestro mayor ejemplo, en como sí es posible agradar a Dios, y usted puede pensar; es que Jesús era el Hijo de Dios, por eso logró hacer todo bien mientras caminaba por esas tierras.


En partes soy obligado a concordar contigo, pero por otro lado, la Biblia (no podrás formar un concepto correcto sobre Dios, si no pones las Escrituras como su regla de fe y práctica) nos invita a buscarnos un crecimiento espiritual hasta alcanzarnos la estatura de Cristo. … hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error;… Efesios 4.12-13 Usted e yo podemos madurar como personas espirituales, así como lo hacemos en la vida secular, hoy somos diferentes de ayer, porque las experiencias vividas y aprendidas nos llevan a cometer menos errores.


El Texto que mencioné arriba nos habla de no actuarnos como niños en relación a nuestra fe, no podemos ser sacudidos por olas y llevados de aquí para allá… al estilo “todo es bueno”, porque eso puede confundir su vida espiritual, y al final no sabrás ni siquiera en lo que realmente creé. Cuando no estamos afianzados en la Palabra de Dios, andamos de un lado a otro buscando a Dios, engañándonos y siendo engañados por otros, debido a que salimos en búsqueda de lo sobrenatural en lugares equivocados. Crea, El Señor está más cerca de ti de lo que puedes imaginar. ¿Cómo puedo saber?


1° – El prometió habitar en nosotros.


El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote):–Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo:–El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él. El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.


Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14.21-26 Nadie puede encontrar a Dios si no encuentra primero a Jesús – que también es Dios, y se hizo hombre justamente para pudiésemos conocer al Padre. ¡Él es el principio y el fin! Cuándo lo aceptamos como el Salvador de nuestras vidas, estamos invitando a que llegue también para morar en nosotros el Ser más maravilloso – El Espíritu Santo, Él que nos conduce por todos los caminos, que nos guía a la Verdad y a la Vida. ¿Algún día pudisteis pensar que ahora (después de aceptar a Cristo) la esencia de Dios puede venir y habitar en su interior?


La mayoría de nosotros nunca lo habíamos escuchado, nadie se nos había explicado, y por eso nuestras vida espiritual se resumí en cumplir ciertos requisitos, depositar en los gazofilacios de nuestros templos cierta cantidad de dinero, y regresar a nuestros hogares con la sensación de deber cumplido, pero eso no llenaba nuestra sed de Dios, seguíamos vacíos o peores.


Qué pena que pocos se atreven a ir más allá, a descubrir realmente el propósito por lo cual fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. ¿Cómo descubriremos su imagen si nunca lo hemos visto? ¿Cómo nos asemejaremos a Él, un ser divino y Santo, si ni siquiera sabemos dónde vive? Es hora de cambiar esa situación, Jesús está más vivo que nunca, Él resucitó para habitar por todos los siglos en nuestros corazones, es el más interesado en alimentar nuestras almas con alimento sólido de su Presencia (Vida), su intención es hacer de nosotros – más que vencedores.


2° – Él desea entrar en nuestros corazones – pero no lo podrá hacerlo hasta que lo invitemos. “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo.” Apocalipsis 3.20 Tome la mejor decisión- Acepte a Cristo como su Salvador, y comience a vivir la vida abundante que Él tiene para ti.


3° – Una vez adentro, hay que permitir que ÉL haga toda la limpieza necesaria. Hay que estar dispuestos a echar fuera todo lo que ya no nos sirva y que insistimos en guardar – rencores, odio, envidias, pleitos, celos, amarguras, traumas del pasado, pecados, discordia, vicios… es aquí que muchos tropiezan, pues no les parece de su agrado que el Señor empiece a mover la arena de nuestras casas.


Aún cuando toda la arena nos ha provocado males, queremos seguir guardando nuestros costales de desesperación y ansiedad, que aceptar el fardo agradable y ligero de Cristo (Leer Mateo 11.28-30). Veamos lo que promete Jesús al entrar en nuestras vidas: En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7.37-38.


Eso habla de una vida de abundante gozo. Pero, para eso, es necesario pasar por algunos sencillos pasos: Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.


Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. Hechos 2.37-39 Notemos que las personas que oían el discurso de Pedro también tenían muchas dudas, llegaron a preguntar que deberían hacer para recibir las maravillas de Dios que hablaba el apóstol Pedro.


Es normal que surjan dudas en el camino, lo malo es, que muchos se estanquen allí, en sus dudas, y nunca busquen sanarlas o solucionarlas. Para experimentar los tiempos de refrigerio necesario es que nos arrepintamos de todo nuestro corazón – de nuestras maldades, lo que hemos ofendido a Dios al no obedécelo. Luego después de hacer eso debemos experimentar una conversión genuina, un verdadero cambio en nuestras actitudes y pensamientos.


Tenga la certeza que Dios está presente en cada etapa de esos cambios, no tengas miedo, Él mostrará cada paso que debas de dar, seguramente te tomara de las manos para guiarte en sus momentos de duda y miedo. Pero quiero que lo sepas, Él necesita hacer muchos cambios en su interior, así como lo hizo en millares de personas como nosotros, que hoy vivimos para declarar su amor y perdón; Cuando un hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín. El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.


Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso; y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Lucas 11.21-26 Una vez hecha la limpieza, Jesús debe ser el invitado de honor en su nueva casa, habitar en ella todos los días, para que siga limpia y adornada con la gracia de su Presencia.


¿Dónde está Dios? Para finalizar contestaría la pregunta de dos formas;


1 – Para los que ya aceptaron a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas, Dios está dentro de ellos, porque ¡Jesús es Dios! Juntamente con El Espíritu Santo de la Verdad, hacen morada en su interior, fluyendo Aguas Vivas desde el interior de cada creyente, aguas que sanan, que resucitan los sueños, que hacen que la sonrisa abunde en sus rostros.


2 – Para los que aún no lo recibieron, Dios está dentro de conceptos religiosos, místicos… aún se encuentra lejos (aún que siempre estará tocando en la puerta de sus corazones), para ellos, Dios seguirá siendo un dato histórico, los más letrados osarán decir que Dios es un mito creado para los débiles, con el propósito de saciar el deseo de creer en algo que les traigan esperanza. Qué triste es ver que muchos así piensen… pasan parte de sus vidas tratando de probar algo que nunca podrán, pues es más difícil argumentar el porqué de no creer en Dios, que probar el poder de su existencia.


Para ti, ¿donde Dios está? …enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28.20


Dios le bendiga.


Rodrigo Faria